Pese a éste accidente, dicha manager volvió a aparecer en la vida del grupo, y aunque nunca tuvimos química con ella, nos dejó algo bueno que siempre agradeceremos. Un día llevó al guitarrista y cantante de King Crimson, Adrian Belew, a un concierto de Santa Sabina, otra vez en Rockititlán, ahí era la onda en esa época. Estoy hablando de finales de 1993, resulta que a Adrian le gustó nuestra música y estaba muy interesado en producir nuestro segundo disco, como imaginarán nosotros no nos la acabábamos, ¡cómo un músico al que siempre habíamos admirado se fijó en nuestro trabajo!. Yo creo que es de las cosas mas maravillosas que nos han sucedido. Así que se arregló todo con la disquera, y en febrero del siguiente año ya estabamos en Wisconsin.

Adrián vivía cerca de un lago y ahí tenía su estudio de grabación, un lugar solitario lleno de nieve, era pleno invierno, y como era más concurrido en el verano, cuando nosotros grabamos estaba muy solitario, un ambiente idóneo para grabar piezas como Vampiro o Alas Negras, se lo podrán imaginar no? No existía ningún tipo de distracción, sólo estábamos concentrados en la grabación, y muriéndonos de frío, porque la temperatura estaba a mas de diez grados bajo cero.

Para esta época, la vida interna del grupo, era un poco difícil y tensa, no voy a especificar aquí nada sobre nuestras relaciones, pero lo cierto es que ya teníamos cinco años juntos y como en todos los grupos de personas, siempre hay conflictos, por muchas razones, pero en la música o en algo relacionado con las ideas los conflictos tienen que ver mas con la lucha de egos, la inseguridad, la inmadurez… Sin embargo estábamos en ese proceso interno: aprendiendo de todo y de todos, de como comunicarnos y llegar a la conciliación de las ideas, de la participación de cada uno de nosotros, de escuchar al otro, de entenderlo, de valorarlo. Mismas cosas que seguimos aprendiendo día con día, un grupo es una buena escuela para eso.

Transcurrió la grabación mas o menos bien, gracias a Adrián, y a toda su hospitalidad, el sonido que se logró en el disco a todos nos encantó. Y trabajar con él fue una muy buena experiencia, pues es una persona muy respetuosa, que simplemente nos iba llevando por el camino para plasmar nuestra música tal y como la habíamos concebido, es decir que su colaboración tenía más que ver con el sonido del disco y el resultado fue muy grato para todos y cada uno de nosotros.

Continuará...

Rit

 

 

CAPITULO XII
"Adrián Belew, SIMBOLOS"

versión Rita